Durante la presente administración se han realizado ocho ejecuciones a escala nacional. La silla eléctrica y la inyección letal son los métodos utilizados

Por María T. Morales
El destino de Orlando Cordia Hall se escribió hace 26 años cuando un jurado lo encontró culpable y pidió su ejecución, por secuestro y violación de una niña de 16 años de edad, a quien enterró viva, según autoridades oficiales.
La ejecución, por inyección letal, se realizó en la penitenciaria Terre Haute, de Indiana, detalló el Departamento de Justicia de los Estados Unidos.
Cordia Hall, de 49 años, fue declarado muerto a las 11:45 p.m. del jueves (hora del Este) tras la aplicación de la inyección letal.
Según el informe, Hall y sus cómplices llevaron a cabo una operación de marihuana en Pine Bluff, Arkansas.
Después de una transacción fallida de drogas por unos $4 mil 700, Hall y por lo menos cinco cómplices, condujeron hasta la ciudad de Arlington, Texas, donde residía un hombre que, según ellos les había robado el dinero.
La hermana del hombre, Lisa Rene, de 16 años, se negó a dejarlos entrar al apartamento; los sujetos irrumpieron, y en venganza se llevaron a la joven.
Los sujetos secuestraron a la menor, y a punta de pistola la obligaron a abordar un vehículo rumbo a Arkansas donde, en un motel, la violaron.
Según el informe oficial, los sujetos prendieron fuego a la víctima y, aun con vida, la enterraron, tras golpearla con una pala.
La joven, quien formaba parte del cuadro de honor de su escuela, soñaba con llegar a ser médico, detalla el informe.
Para Hall, “sus condenas y sentencia fueron confirmadas en apelación, y sus solicitudes de reparación colateral fueron rechazadas por todos los tribunales que las consideraron”, señala en el informe el Departamento de Justicia.