Redacción Voz de la Diáspora
Salud – La diabetes tipo 2 ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel global. Según la Federación Internacional de Diabetes (IDF), ya en 2021 había aproximadamente 537 millones de adultos (de entre 20 y 79 años) viviendo con diabetes, lo que representa un incremento significativo en las últimas dos décadas. Para 2045, se espera que esta cifra supere los 783 millones. Estos números reflejan una tendencia preocupante, ya que la diabetes no solo afecta la calidad de vida de quienes la padecen, sino que también ejerce una carga considerable sobre los sistemas de salud.
El sedentarismo y la alimentación inadecuada son dos de los principales factores de riesgo para el desarrollo de la diabetes tipo 2. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el 39% de los adultos a nivel mundial tienen sobrepeso y que el 13% son obesos, lo que aumenta considerablemente la probabilidad de desarrollar esta enfermedad. Además, el estilo de vida moderno, con jornadas laborales largas y un acceso fácil a alimentos ultraprocesados, ha contribuido al aumento del sobrepeso y la obesidad en muchas regiones del mundo.
Además de los factores relacionados con el estilo de vida, existen componentes genéticos y socioeconómicos que influyen en la prevalencia de la diabetes tipo 2. Un estudio publicado en la revista The Lancet revela que las personas con menos acceso a servicios de salud y educación tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. En América Latina, por ejemplo, países como México y Brasil han visto un aumento alarmante en los casos de diabetes, vinculados a desigualdades socioeconómicas y falta de acceso a atención médica oportuna.
Las complicaciones derivadas de la diabetes tipo 2 también representan un reto importante. Entre las más graves se encuentran las enfermedades cardiovasculares, la insuficiencia renal y la ceguera. De acuerdo con la American Diabetes Association (ADA), más del 70% de los adultos con diabetes tienen probabilidades de sufrir enfermedades cardíacas o accidentes cerebrovasculares. Esta cifra subraya la importancia de un diagnóstico temprano y de un manejo adecuado para prevenir complicaciones severas.
La prevención y el manejo de la diabetes tipo 2 requieren un enfoque integral que combine cambios en el estilo de vida, acceso a atención médica y educación para la salud. La OMS recomienda que los gobiernos implementen políticas públicas que fomenten la actividad física, regulen la venta de alimentos poco saludables y mejoren la educación sobre nutrición. Asimismo, los individuos deben ser conscientes de su responsabilidad en adoptar hábitos de vida más saludables, como llevar una dieta equilibrada y realizar actividad física regular.