Por Dennis Aguillón
España – Depresión, ansiedad o insomnio, son palabras que resuenan en el día a día de la sociedad, conocemos a alguien que ha pasado algo similar o incluso nosotros mismo las hemos experimentado, es una enfermedad silenciosa que está elevando el número de consumidores de antidepresivos en los últimos años.
Según un estudio realizado por Barómetro de Familias Española, el consumo de ansiolíticos en los hogares españoles ha aumentado y una de cada cuatro familias reconoce que ha consumido por primera vez algún ansiolítico el año pasado.
Un dato curioso es que los españoles han aumentado el consumo de ansiolíticos y han disminuido el del alcohol y tabaco desde 2020.
Es un problema que se está desarrollando y elevando rápidamente, sobre todo en los jóvenes y esto además ha provocado el incremento de suicidio.
Según The Family Watch -Instituto de Estudios sobre la Familia-, que han aumentado con respecto a 2021 y que evidencian que, tras la pandemia, las familias españolas comienzan a sentir su impacto desde el punto de vista psicológico.
Sin embargo, estos datos llegan en un momento en que la salud mental está abarcando un plano cada vez más relevante en el debate social y público, aunque en muchos casos la depresión sigue siendo un diagnóstico y tema tabú, sobre todo para los más jóvenes.
Sobre el impacto en la salud mental de los jóvenes, el informe señala que las familias consideran como principales motivos para ese deterioro la influencia de las redes sociales (53 %), el aumento del acoso en los colegios (43 %) y la baja autoestima (39 %).
Más de la mitad de los hogares (52 %) cree que la situación económica actual en España es mala y una cuarta parte de los encuestados augura que dentro de un año la situación económica de su familia será peor, con niveles de pesimismo similares a los de la crisis sanitaria (30 % en 2021) o a los de la crisis financiera (27 % en 2012-2013).