Redacción Voz de la Diáspora
El gobierno panameño liberó parte de los productos de la canasta básica bajo el programa de control de precios, tras tomar la decisión de iniciar la “desregulación parcial y progresiva” de la medida que se ha mantenido vigente durante el último quinquenio.
El ministro de Comercio e Industrias, Ramón Martínez dijo que de los 22 productos bajo control de precios fueron liberados algunos tipos de carnes como el jarrete, y pecho, chuleta de cerdo, atún, lentejas, porotos, macarrones, y huevos, según un Decreto Ejecutivo firmado por el presidente Laurentino Cortizo.
Martínez dijo que los rubros liberados disponen de suficiente oferta en el mercado, poseen un impacto bajo dentro de la regulación, e incluso en algunos casos, el precio tope está por encima del que plantea el mercado.
La medida que entrará en vigencia a partir del 7 de julio con una extensión máxima de seis meses, fue adoptada tras un minucioso análisis y sendas consultas con el sector privado y consumidores, según el funcionario.
Los catorce rubros restantes, que se mantienen bajo regulación, incluyen varios cortes de carnes de res, carne molida de primera, pollo entero, arroz de primera, cebolla amarilla, yuca, leche en polvo, queso amarillo y salchichas.
El control de precios fue establecido por el gobierno pasado con un carácter temporal a partir de 2014, aplicable solo a los precios al público, pero no se reguló el precio al por mayor para evitar cualquier impacto en los productores.
Sin embargo, la medida causó descontento en los últimos años, especialmente en los sectores productivo y empresarial, tras considerar que disparó el precio en los segmentos no controlados.
“Los factores externos que en su momento provocaban un incremento significativo en los precios de algunos alimentos se han estabilizado”, sostuvo Martínez.
Agregó que a diferencia de otros mercados, Panamá mantiene un nivel de inflación bajo control, así como el precio del petróleo, que según los expertos, no debería sufrir alzas drásticas en los próximos años.
Martínez recordó que la estrategia para abordar de raíz el alto costo de los alimentos está en la implementación de políticas públicas que propicien el aumento de la oferta interna, y fomenten una mayor productividad y competitividad de los productores nacionales.
De manera paralela también se incrementará un esquema de libertad vigilada al precio de los productos para evitar una posible especulación en la cadena de comercialización.