Redacción Voz de la Diáspora
Tambaleante por el asesinato de su presidente Jovenal Moïse, Haití declaró estado de sitio mientras la policía mató en un tiroteo a cuatro y arrestó a otros dos presuntos asesinos. El hecho conmocionó a la nación más pobre del continente y provocó reacciones mundiales.
El Washington Post informó que un ciudadano estadounidense de ascendencia haitiana está entre los capturados por el crimen de Moïse. El presidente de 53 años, fue asesinado por hombres armados que llegaron a su residencia en la madrugada.
El Post dijo que el estadounidense capturado es James Solages, citando a Mathias Pierre, ministro de Elecciones y Relaciones Interpartidistas de Haití. También dijo que entre los capturados podría haber otro haitiano-estadounidense, pero no fue identificado.
El primer ministro interino, Claude Joseph, dijo en televisión: «Estoy llamando a la calma. Todo está bajo control. Este acto bárbaro no quedará impune».
Mientras, el director de la policía Nacional de Haití, Léon Charles, dijo que después del asesinato a los autores: «Los bloqueamos en el camino cuando salían de la escena del crimen… Desde entonces, hemos estado luchando con ellos. Serán asesinados o aprehendidos, sostuvo el diario inglés The Guardian.
Las autoridades se comprometieron a encontrar a los responsables del allanamiento de la casa de Moïse antes del amanecer del miércoles herido mortalmente y su esposa, Martine Moïse, resultó gravemente herida, por lo que fue trasladada a Miami para recibir tratamiento.
“Haití en apuros y caótico se tambalea por el asesinato del presidente”, escribió The Guardian.
El aeropuerto de Puerto Príncipe sigue cerrado y a los residentes se les pidió que se quedaran en casa, ante rumores y especulaciones arremolinándose en torno a las turbias circunstancias del asesinato de Moïse.
“El descarado asesinato conmocionó a los haitianos y al mundo, pero Moïse no era un presidente popular, escribe Tamanisha John, académica de estudios caribeños en la Universidad Internacional de Florida”, publicó en el sitio The Conversation.
El juez Carl Henry Destin dijo al diario Le Nouvelliste que «encontramos 12 agujeros en el cuerpo del presidente. La oficina y el dormitorio del presidente fueron saqueados» y aseguró que las heridas habían sido hechas con un arma que disparaba proyectiles de 9 milímetros, según el Post.
El diario estadounidense dijo que los asaltantes presuntamente gritaron «operación DEA» y que “al ingresar a la propiedad, ataron a una empleada doméstica y a otro miembro del personal del hogar”.
Reportes internacionales dijeron que Haití lleva meses de violencia ante un estancamiento político desde que en 2017 Moïse asumió el cargo y luego gobernó por decreto cuando el Parlamento fue disuelto en enero de 2020. Opositores y muchos manifestantes le pidieron que renunciara.
El país se sumió en la violencia y bandas armadas se apoderaron del control de partes del país y causaron terror en la población con secuestros, violaciones y asesinatos.
Reginal Boulos, oponente de Moïse, dijo al diario The Haitian Times –el principal de la diáspora haitiana en Estados Unidos- que matar al jefe de Estado nunca estuvo en la agenda de la oposición. «No creo que en ningún momento la oposición en Haití haya deseado [daño] al presidente», dijo Boulos en una entrevista para el rotativo con sede en Nueva York.
«En política se pueden tener adversarios, pero no se tienen enemigos. Por lo tanto, señalar con el dedo a la oposición es básicamente cubrir los pasos de quien lo hizo».
Boulos es un prominente magnate en Haití y líder del partido político MTVAyiti, es el primer miembro de la oposición en hablar públicamente sobre la impactante muerte del mandatario caribeño.