Por Alberto Barrera
Estados Unidos – Miles de demócratas concluyeron la noche del jueves en Chicago cuatro días de fiesta esperanzados en una victoria presidencial de su candidata Kamala Harris, pero cientos de manifestantes estuvieron el mismo tiempo recordándole la crueldad de Israel en la Franja de Gaza con la muerte de más de 40,000 palestinos, uno de los temas a resolver.
La ex fiscal de California y descendiente de inmigrantes negros sustituyó al presidente Joe Biden, quien tardó en entender que se estaba quedando atrás en la lucha por su reelección y al final se retiró, dejando la batuta a su vicepresidenta quien se enfrentará en noviembre al injurioso millonario y ex presidente republicano, Donald Trump.
Y esta semana miles agradecieron a Biden en la Convención Nacional Demócrata en Chicago y ovacionaron a Harris quien a las primeras logró ubicarse bien en las encuestas, pero es una rival a la que Trump desprecia y burla. Los republicanos tienen una campaña con voces malsonantes.
Desde el lunes y a poca distancia del Centro de Convenciones, sede de la reunión, cientos de activistas protestaron contra del apoyo estadounidense a Israel, pero solo 30 entraron al final de la convención para reiterar su exigencia del fin al apoyo a Israel.
El martes más de 70 manifestantes fueron arrestados luego de intensos enfrentamientos con la policía. La protesta comenzó frente al consulado israelí en Chicago a unos 3,0 kilómetros de la reunión partidaria, reportaron medios locales.
Muchos de los protestantes contra la acción de Israel iban vestidos de negro y con rostros cubiertos se enfrentaron a policías que impedían su paso pero lograron pasar y fueron acorralados. “No permitieron que los manifestantes se dispersaran”, dijo la agencia AP.
Al inicio de la convención Harris se presentó y desde la tarima agradeció a Biden su apoyo. En los estrados hubo muchos carteles agradeciendo a Biden por sus 50 años de trabajo político, pero más parecían decirle gracias por retirarse y elegir a una mujer de origen negro que ha estado bajo su sombra en este periodo.
Peter Baker relató en The New York Times en español como interpretó el momento: “Cuando las personas que estaban en el United Center corearon por primera vez la consigna “¡Gracias, Joe! Gracias, Joe!” el lunes por la noche, el presidente Joe Biden bajó la mirada, contuvo las lágrimas y lució conmovido.”
Lo sabía, “le estaban dando las gracias por lo que había logrado durante toda una vida de servicio público. Pero también le daban las gracias, seamos sinceros, por no volver a postularse”, escribió Baker.
El londinense The Guardian escribió que “entre cánticos de ´¡Sí, ella puede!´, Barack Obama regresó el martes al escenario de triunfos pasados para pasarle el manto de la historia política a Kamala Harris y destripar a su oponente Donald Trump.”
Obama pronunció esa noche el discurso de clausura en su ciudad natal, Chicago y provocó estruendosas ovaciones al lanzar una crítica mordaz a Trump, quien lo sucedió en la Casa Blanca en 2017, reportó The Guardian.
“No necesitamos cuatro años más de fanfarronería, torpeza y caos, dijo a los delegados. ´Ya hemos visto esa película antes y todos sabemos que la secuela suele ser peor. Estados Unidos está listo para un nuevo capítulo. Estados Unidos está listo para una historia mejor. Estamos listos para una presidenta como Kamala Harris´”, dijo Obama y lo contó el rotativo inglés.
Esa noche Obama y su esposa Michelle apoyaron con fervor a Kamala. La ex primera dama sostuvo que con Harris en «Estados Unidos, la esperanza está regresando». Los dos hicieron un apasionada llamado a favor de Harris y se comprometieron enfocar sus esfuerzos para ayudar a la vicepresidenta en las 11 semanas que restan para su campaña presidencial.
En mayo los votantes respondieron a una encuesta del New York Times y el Siena College sobre qué pensaban que requería el sistema político y económico del país. Y “los resultados fueron abrumadores: el 69 por ciento dijo que se necesitaban cambios importantes o que el sistema debía ser derribado por completo”, publicó el diario.
Y de eso solo el 24 por ciento pensaba que Biden haría alguna de esas cosas. Las cosas han cambiado, en otras encuestas los resultados dividen la proporción en 50 por ciento por igual entre Harris y Trump.
Al final de la noche del jueves aquello parecía una fiesta de victoria con miles de globos de colores cayendo sobre el escenario y los asistentes, mientras Harris era ovacionada pero en más de dos meses la candidata, quien podría ser la primera mujer elegida presidenta de Estados Unidos debe convencer a sus electores y más a los indecisos.
En su discurso se notó confiada y se comprometió a impulsar acciones que son las mismas del actual gobierno como seguir apoyando a Ucrania en la guerra que libra contra Rusia y a Israel que tiene derecho a defenderse de ataques del grupo Hamás, aunque matizó que es necesario parar los abusos contra los palestinos, pero no dijo cómo.
Además medidas como el acceso a la vivienda, mantener una economía estable y el liderazgo internacional de su país. Algunos analistas dijeron que algunas son medidas “populistas” y que falta probar a Harris su carácter en entrevistas difíciles y enfrentar debates con su opositor Donald Trump, y lograr que sea elegida para dirigir el futuro de Estados Unidos.