“La beatificación es un acto de justicia por nuestros mártires”
Por Milagro Orellana
“Esta beatificación es un acto de justicia por nuestros mártires”, dicen los salvadoreños que participaron este sábado en la ceremonia en la que fueron elevados a los altares de la Iglesia Católica, el Padre Rutilio Grande, Manuel Solórzano, Nelson Rutilio Lemus y el sacerdote italiano Cosme Spessotto. Con una carta en latín firmada por el Papa Francisco fue aceptada esta causa.
La Plaza de El Divino Salvador del Mundo fue el escenario en el que se formalizó la beatificación, lugar donde también fue beatificado Monseñor Óscar Arnulfo Romero, el 23 de mayo de 2015.
El Papa delegó al cardenal Gregorio Rosa Chávez para que presidiera la celebración. Durante la ceremonia fue descubierta una gigantesca imagen de los beatos, además fueron recibidas sus reliquias. Con la develación de esta imagen de los cuatro mártires asesinados por odio a la fe, la iglesia católica oficializa la beatificación.
“De ahora en adelante sean llamados beatos y que sean celebrados cada año en los lugares y según las reglas establecidas por el derecho canónico, respectivamente el 12 de marzo y el 10 de junio”, señala la carta del Papa Francisco.
Rutilio Grande y sus dos acompañantes, Manuel Solórzano y Nelson Rutilio Lemus, fueron asesinados el 12 de marzo de 1977 en El Paisnal, al norte de San Salvador. El sacerdote italiano, Cosme Spessotto fue asesinado en 1980 en San Juan Nonualco, departamento de La Paz.
El teólogo Rodolfo Cardenal, citado por el Vatican News, medio oficial de la Santa Sede, afirmó que “Rutilio Grande es un referente en la lucha por la justicia y por los derechos humanos en El Salvador”, agregó que “Rutilio está muy asociado a monseñor Romero y son referentes claves para la iglesia salvadoreña”.
“Nuestros mártires pueden ayudarnos a recuperar la memoria para que no renunciemos al sueño de ver a nuestro país reconciliado y en paz. Para ello, tenemos que recuperar el espíritu de los Acuerdos de Paz y la hoja de ruta que ahí se trazó”, expresó el cardenal Rosa Chávez durante la homilía.
En medio del actual escenario de pandemia, los salvadoreños vieron en este acontecimiento una luz de esperanza y de justicia para un país convulsionado que sigue siendo presa de la violencia y del crimen.
