Redacción Voz de la Diáspora
Brasil – El patriarca de la izquierda recibirá un país extremamente fracturado, con una situación económica delicada y un Congreso derechizado.
Luiz Inácio Lula da Silva, de 77 años recién cumplidos, ha vuelto a demostrar su capacidad para sobreponerse a los grandes reveses de la vida. Este domingo ha ganado la segunda vuelta de los comicios de Brasil con más del 50% de los votos de su rival Jair Bolsonaro, y se ha convertido en el primer brasileño en ser elegido tres veces presidente de la República.
Cuando el próximo 1 de enero reciba la banda presidencial de manos del actual mandatario, Jair Bolsonaro, Lula empezará a escribir un nuevo capítulo en su dilatada trayectoria, que le llevó desde una infancia marcada por la pobreza a ser el primer obrero en ocupar la primera magistratura de Brasil y a convertirse en uno de los políticos más relevantes del planeta.
El examandatario de EE.UU. Barack Obama se refirió a él como «el hombre» y destacó «su don para conectar con el pueblo», mientras que el exprimer ministro británico Tony Blair llegó a calificarlo como «uno de los más excepcionales líderes de la era moderna».
«Y yo, que durante tantas veces fui acusado de no tener un título universitario, consigo mi primer diploma, el título de presidente de la República de mi país», dijo al asumir la presidencia en 2003.
Pero el Brasil que recogió Lula entonces nada tiene que ver con el que recibirá de Bolsonaro, cuyo mandato de cuatro años deja una sociedad extremamente fracturada, y un contexto económico y social lastrado por la inflación y el disparado gasto público. Además, para sacar su programa adelante deberá negociar con el Congreso más derechizado y conservador salido de estas elecciones.