23 octubre, 2024

Mis años en el Magisterio y mi vocación de maestro

"No hay satisfacción más grade que la de atender el llamado de la vocación”.

Por Eduardo Cubías

El Salvador – Fueron 12 años de profesorado en escuelas públicas de El Salvador y de prueba de mi vocación de maestro. Tiempos felices de convivencia con la niñez en su mundo infantil. “No hay satisfacción más grade que la de atender el llamado de la vocación”.

Me asaltan los recuerdos de una época, quizás, la más genuina, de mi vocación de maestro, la de profesor de aula en escuelas públicas de nivel primario.

Confieso que, a veces, no nos damos cuenta lo felices que somos cuando estamos frente a la niñez, ávida de conocimientos y de cariño, pues adoptamos la figura de un padre, y así nos ven esas caritas alegres con nuestra presencia. En este nivel ejercí la docencia en un ambiente de inadvertida pobreza. 

No habían almuerzos ni paquetes escolares, uniformes ni calzado. En el área rural donde trabajé mis primeros años, era notoria la desnutrición y la falta de aseo, pues no había agua potable ni en la escuela ni en la comunidad, sólo la de un río sucio, contaminado.

Eran condiciones precarias, esta fue una dura experiencia, conocer la pobreza, la que nos templó el carácter y arraigó nuestra vocación y despertó el cariño hacia los niños, sobre todo hacia los niños pobres.