Por Elida Moreno
Panamá pidió a Colombia un acuerdo para atender de forma controlada el tránsito de migrantes indocumentados que ingresan al país por la peligrosa selva de Darién, fronteriza entre ambas naciones, que evitaría una crisis migratoria tras el aumentar el ingreso en medio de la pandemia.
La solicitud fue presentada por la canciller panameña, Erika Mouynes durante una reunión virtual en la que participaron comitivas oficiales de alto nivel de los dos países.
“Panamá propuso de manera oficial un acuerdo de flujo controlado de migrantes que permita al país asegurar la atención que requieren estos transeúntes, que en su gran mayoría pretenden llegar hasta los Estados Unidos” dijo Mouynes en un comunicado.
La canciller panameña explicó que las crecientes cifras de migrantes extracontinentales que ingresan por la frontera con Colombia podrían tornarse “difíciles de manejar”, si la situación no es abordada “con celeridad y de forma coordinada”.
En 2016 Panamá estableció un acuerdo similar con Costa Rica que regula la cantidad de migrantes que se mueven por el país de manera ordenada en ruta hacia el norte, aunque debido a la pandemia y el consecuente cierre de fronteras miles se quedaron varados en el país en el último año.
“Nuestra intención es poder tener un flujo ordenado y manejable que permita darles la atención necesaria en su paso hacia la otra frontera”, indicó la Ministra de Relaciones Exteriores.
Mouynes precisó que la solicitud podría complementarse con un acuerdo binacional más amplio que incluiría cooperación e intercambio de información y medidas de seguridad.
Panamá se ha convertido en una ruta obligada para los migrantes, sobretodo extracontinentales y haitianos que buscan llegar a Estados Unidos exponiéndose a los peligros que implica atravesar la selva darienita donde se enfrentan incluso a grupos de delincuentes.
La Cancillería panameña explicó que durante el primer trimestre de 2021, han ingresado de manera irregular a Panamá unos 7,150 migrantes sin controles previos de bioseguridad, a pesar de la existencia de disposiciones en materia de salud en los países por los que transitan.
Un reciente informe de UNICEF afirma que en los últimos 4 años, más de 46.500 migrantes cruzaron la selva del Darién, de los cuales 6.240 son niños, niñas y adolescentes.
“Con las restricciones a la movilidad y el cierre de las fronteras para frenar la propagación del COVID-19, este flujo migratorio irregular se frenó, pero no se detuvo del todo”, agregó la agencia de Naciones Unidas.