Para no olvidar la memoria en el Ilobasco de mis recuerdos, la función social de los desfiles bufo

Estos jóvenes fueron los únicos que tuvieron la osadía de hacer críticas al sistema local. Durante las fiestas patronales de la Virgen de Concepción, se acostumbraron los famosos desfiles bufos, que la población esperaba con entusiasmo y nerviosismo, por lo que los estudiantes pudieran revelar.

Por: Ramón Rivas /Antropólogo (colaborador)

Cultura – La fiesta de la Virgen de Concepción, el 7 y 8 de diciembre, era la más esperada en todo el poblado. Con esta fiesta se iniciaba el fin del año para terminar en Navidad y Año Nuevo.

Cientos de comerciantes, conocidos como achines, llegaban de todas partes del país. De Honduras, también bajaban indígenas lencas, atravesando cerros y cañadas con sus cacasques forrados de hojas de huerta repletos de granadillas. Los indígenas, encorvados, entraban en silencio por las empedradas calles de Ilobasco para irse a ubicar con su mercancía bajo el portal.

A pesar de que la ciudad estaba lejos de todo, ya para inicios de la década de los sesenta, abundaban las organizaciones altruistas: el Club 20-30, el Club de Leones, la Sociedad de Obreros “Bernardo Perdomo” eran ejemplos de ellos. El Club X-9 y La Cuchilla eran organizaciones de jóvenes de familias con capacidad económica. En 1964 surge la Organización de Estudiantes Ilobasquenses (OEI), que dio cabida a aquellos que no eran de la clase alta en la ciudad. Estos se organizaron con la idea de desarrollar actividades de carácter social.

Ilobasco de antaño (Foto archivo/cortesía)

Aunque no había por qué aburrirse en vacaciones, se buscaban nuevas formas de diversión, ya que no eran suficientes los hoy desaparecidos sitios naturales que el lugar ofrecía: las pozas El Frío, La Golondrina, El Colco, El Lagarto, la pila de agua caliente y los muchos ríos que cruzaban el lugar, entre ellos el río Los Frailes.

La creatividad y el deseo de expresar lo que no gustaba se percibían entre los jóvenes. La OEI se convierte en una instancia de carácter crítico del orden establecido en la localidad, llámese este religioso, social, educativo y hasta político.

Estos jóvenes fueron los únicos que tuvieron la osadía de hacer críticas al sistema local. Durante las fiestas patronales de la Virgen de Concepción, se acostumbraron los famosos desfiles bufos, que la población esperaba con entusiasmo y nerviosismo, por lo que los estudiantes pudieran revelar.

Entre baile y chiste se le mentaba la madre a cualquier fulano, que en vez de enojarse se reía por no llorar de cólera. Durante el desfile, el propio 7 de diciembre, se vendía un programa, que se acababa en un dos por tres, y en él se despedazaban al sacerdote del pueblo, al alcalde, al diputado y a toda aquella personalidad notoria y extrovertida.

Ilobasco de antaño (Foto de archivo /cortesía)

En el desfile, los jóvenes se disfrazaban de reinas y cachiporristas preñadas, ciguanabas nalgonas, cipitíos panzones; y otros arremedaban a cualquier persona considerada antisocial.

Todos los de la OEI erran hombres y mujeres del pueblo. Se paraban en las esquinas, se bailaba, se leía el bando, se repartían hojas sueltas y el desfile seguía. La gente los acompañaba, y otros veían el desfile desde puertas y ventanas.

La banda tocaba y se quemaba pólvora. “¡Allí viene el desfile bufo!” – gritaban -. Todo aquel que estaba patas arriba, en el pueblo, era criticado, me dijo el periodista Iván Montesinos. El desfile tenía una función social. Sencillamente había que portarse bien durante todo el año para no ser objeto de burla.

Naturalmente, no todo era ´pan blandito´, ya que la gente de influencia reaccionaba; y algunas veces se dieron casos de excomuniones por parte del sacerdote; y se recuerdan aún las regañadas desde el púlpito del padre Luis Cuéllar.

Más de alguno amenazó hasta con las balas a los estudiantes; pero los de la OEI se protegían mutuamente. Prueba de ello es que el programa se mimeografiaba en un lugar secreto y nadie revelaba el contenido. Pueden dar testimonio de esos osados y recordados años, entre otros, Eduardo Escalante (QEPD) Aquiles Montoya (QEPD), Manuel Abrego, Roberto Ríos y Fio Herrera que ayer estuvo de manteles largos. Feliz cumpleaños mi estimado Fio.