Redacción Voz de la Diáspora
El gobierno panameño rechazó las opiniones vertidas el jueves por el nuevo mandatario de Estados Unidos (EU), Donald Trump quien durante el discurso de toma de posesión reiteró su interés de que el Canal de Panamá vuelva a manos del país norteamericano.

Tras las palabras de Trump durante su investidura, Panamá reaccionó con un rechazo a sus opiniones a través de un comunicado firmado por el presidente José Raúl Mulino en el que destaca además que «el diálogo es siempre la vía para aclarar» el tema pero «sin menoscabar nuestro derecho, soberanía total y propiedad de nuestro Canal».

La vía interoceánica, una de las principales rutas del comercio mundial fue revertida a Panamá hace 25 años, el 31 de diciembre de 1999 a raiz de los Tratados Torrijos-Carter, pero Trump asegura que el país centroamericano no cumplió con los compromisos, y que China maneja el Canal, una opinión que ha sido rechazada por el gobierno panameño.
«…debo rechazar de manera integral las palabras esbozadas por el presidente Donald Trump relativas a Panamá y su Canal, en su discurso inaugural», dijo Mulino a través del comunicado en el que también destaca que Panamá es el único que administra el paso marítimo por donde transita alrededor del 3.5% del comercio global, siendo EU el principal usuario.
«Reitero lo expresado en mi mensaje a la Nación, el pasado 22 de diciembre: el Canal es y seguirá siendo de Panamá y su administración seguirá estando bajo control panameño con respeto a su neutralidad permanente», agregó,

Mulino recordó que el Canal no fue una concesión de nadie, sino «el resultado de luchas generacionales que culminaron en 1999, producto del tratado Torrijos-Carter y, desde entonces hasta la fecha, por 25 años, de manera ininterrumpida, lo hemos administrado y expandido con responsabilidad para servirle al mundo y su comercio, incluyendo a los Estados Unidos.
En días previos el mandatario panameño dijo que «cada metro cuadrado del Canal de Panamá y su zona adyacente, es de Panamá y lo seguirá siendo», tras destacar que la soberanía no es negociable.
