Redacción Voz de la Diáspora
El Vaticano – La Iglesia Católica ha vivido otro momento histórico con la elección del cardenal estadounidense Robert Francis Prevost como el 267.º Papa, quien adoptó el nombre de León XIV. Esta elección marca la primera vez que un estadounidense asume el papado, sucediendo al Papa Francisco, fallecido el pasado lunes de Pascua a los 88 años. La elección se produjo en la cuarta votación del cónclave, cuando a las 18:08 horas la tradicional fumata blanca anunció al mundo la designación del nuevo Pontífice .
Nacido en Chicago en 1955, León XIV tiene raíces franco-italianas y españolas. Además de su nacionalidad estadounidense, posee también la peruana, adquirida tras más de tres décadas de servicio misionero en Perú. Fue obispo de Chiclayo desde 2014 hasta su nombramiento como prefecto del Dicasterio para los Obispos en 2023, cargo que desempeñó hasta su elección como Papa .
En su primera aparición pública desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, León XIV expresó un mensaje de unidad y paz. Agradeció a su predecesor, el Papa Francisco, y saludó en español al pueblo peruano, destacando su conexión con América Latina. Su elección ha sido interpretada como una señal de continuidad con las reformas iniciadas por Francisco, especialmente en temas de sinodalidad y descentralización de la Iglesia .
El nombre elegido por el nuevo Papa, León XIV, evoca a sus predecesores León I el Magno y León XIII, este último conocido por su encíclica social Rerum Novarum. Este gesto sugiere una intención de fortalecer el compromiso de la Iglesia con los temas sociales y laborales, así como con el pensamiento contemporáneo en armonía con la fe católica .
León XIV enfrenta desafíos significativos, incluyendo la creciente secularización, la necesidad de reformas internas y la gestión de crisis como los abusos sexuales dentro de la Iglesia. Su experiencia internacional y su enfoque pastoral inclusivo lo posicionan como un líder capaz de abordar estas cuestiones con sensibilidad y determinación .
Con la elección de León XIV, la Iglesia Católica inicia una nueva etapa que promete continuidad y renovación. Su pontificado será observado de cerca por fieles y líderes religiosos en todo el mundo, con la esperanza de que pueda guiar a la Iglesia hacia un futuro de mayor apertura, justicia social y compromiso con los desafíos contemporáneos.