Por María T. Morales
Por primera vez en la historia, el juramento presidencial en los Estados Unidos, se desarrollará en medio de una pandemia, por lo tanto, se espera la asistencia de mil 600 personas, quienes deberán practicar el distanciamiento social y utilizar cubrebocas.
A escasos nueve días para la toma de posesión de Joe Biden y Kamala Harris, presidente y vicepresidente electos, respectivamente, de los Estados Unidos, autoridades de la alcaldía de Washington, D.C., instaron a la población a no acudir al evento.
Muriel Bowser, alcaldesa de la ciudad, hizo el llamado ante posibles brotes de violencia por seguidores del presidente Donald Trump, quienes, al igual que el mandatario, se resisten a aceptar la derrota electoral.
La seguridad en los alrededores del capitolio será prácticamente un blindaje, especialmente, después de que fanáticos de Trump violentaron e invadieron la sede del Congreso y del Senado, dejando una estela de destrucción, la muerte de seis personas y decenas de lesionados.
Las autoridades anunciaron que unos 15 mil efectivos de la Guardia Nacional, apoyados por agencias federales de seguridad, serán los responsables de garantizar el orden el 20 de enero, día de la toma de protesta.
Por los hechos del “6J” (seis de enero por sus siglas en inglés), el congreso abrió investigaciones y no se descarta a Trump, que vaya de nuevo al banquillo de los acusados, ahora, por traición a la patria e incitar a la violencia.