Por José Eduardo Cubías Colorado
Historias ocultas en El Salvador, «La Bermeja» el cementerio de los excluidos en el gran San Salvador, me remonto a la segunda mitad del siglo pasado cuando los muertos eran objeto de exclusión social, después fueron un gran negocio para las funerarias.
El cementerio de la ciudad capitalina «La Bermeja» era el lugar destinado para los pobres difuntos de extrema pobreza, que muchas veces eran enterrados envueltos en «petates, pues la gente no tenía ni para comprar una burda caja para el muerto, enterrar a un difunto en este campo Santo, era un estigma para la clase media.
Los pacientes que morían en el hospital Nacional Rosales y no eran reclamados, eran enterrados en «La Bermeja» como desconocidos, o bien los cadáveres iban a parar a la Escuela de Medicina de la Universidad de El Salvador, para su posterior estudio anatómico o la Cirugía.
Este cementerio, por aquella época no recibía la atención ni el cuidado de la municipalidad de la ciudad de San Salvador, era un lugar lejano y olvidado, y los muertos, allí enterrados, no se volvían a ver porque resultaba difícil encontrar las sepulturas, pues no tenían cruces, y el terreno era abrupto.
Hoy «La Bermeja» luce diferente, ya no es una vergüenza enterrar allí a los parientes, no obstante su modernización y cuidados, sigue siendo el cementerio de los pobres.