Por Luis Alberto López
El Salvador – Con motivo del mensaje en la bajada y Transfiguración del Divino Salvador del Mundo, en el atrio de Catedral de este, 5 de agosto 2022, el Cardenal Gregorio Rosa Chávez resaltó que “El martirio sigue siendo una realidad también en nuestros días”, al hacer una reflexión sobre la necesidad de la conversión y transfiguración de la sociedad, tal como lo señala el pasaje bíblico.
El Cardenal expresó que: “En El Salvador nos encontramos con otra clase de martirio: el que sufren las madres que siguen llorando a sus hijos o hijas desaparecidos; el de las familias que no saben si alguno de sus seres queridos fue arrojado a las fosas de una casa de Chalchuapa; el de las madres que tienen hijos sufriendo en condiciones infrahumanas en centros penales, no importa si son inocentes o culpables, porque todos tienen derecho a un tratamiento digno y a una oportunidad para rehacer sus vidas; por supuesto los culpables deberán afrontar las consecuencias de sus actos; y el drama de los jóvenes a quienes les han robado sus sueños y se ven obligados a emigrar”.
Rosa Chávez, también se refirió a la situación que viven periodistas salvadoreños, que a su juicio sufren su propio martirio. “No puedo dejar de mencionar el martirio de muchos de nuestros periodistas. Decía Monseñor Romero: “El periodista, o dice la verdad, o no es periodista”. Un gran escritor les define como “el historiador del instante”. Y San Juan Pablo II afirma que “no se puede dialogar sin estar bien informado”. Su fiesta fue el 31 de julio y deseo expresarles el profundo aprecio que les tiene la Iglesia. Sé que no es fácil permanecer fieles a su importante misión y que, como dice el Papa Francisco, algunos medios de comunicación pueden vender como verdad, la más burda mentira”.
“Les necesitamos fieles a la misión y que sepan dar voz a las diversas opiniones para construir juntos el país que queremos, o mejor, el país que Dios sueña para los hijos e hijas de esta bendita tierra”. Expresó Rosa Chávez.
Además se refirió algunas reflexiones que el Papa Francisco, hizo recientemente en su visita a Canadá: “Pero esa esperanza nos plantea, sobre todo a los pastores, asumir los tres desafíos que el Santo Padre propuso a la Iglesia en Canadá: en primer lugar, volver al primer anuncio, al kerygma para que la gente tenga un encuentro personal con Jesucristo; segundo la credibilidad o testimonio para que se vea que lo que predicamos tratamos de vivirlo; y, en tercer lugar, la fraternidad, es decir, aprender a vivir como hermanos. Pidamos al Señor transfigurado la gracia de caminar juntos, orar juntos y trabajar juntos”.
“El Santo Padre dijo también en Canadá que lo contrario al amor no es el odio sino la indiferencia. Y eso es lo que vemos en muchos compatriotas: que están perdiendo el sentido de humanidad”.
Otra de las situaciones críticas que actualmente se vive, es en Nicaragua, en la que el Cardenal Rosa Chávez, calificó de “caso horrendo la persecución que sufre la iglesia en Nicaragua”. Se refirió al pronunciamiento del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), que sirve a todas las conferencias episcopales de América Latina y el Caribe, y que ha expresado su solidaridad a la que se unen plenamente. Esta es parte de su pronunciamiento:
“El CELAM expresa su cercanía a la Iglesia nicaragüense ante los constantes hostigamientos de las autoridades gubernamentales. Los últimos acontecimientos, como el asedio a sacerdotes y obispos, la expulsión de miembros de comunidades religiosas, la profanación de templos y el cierre de radios, nos duelen profundamente. Les manifestamos nuestra solidaridad y cercanía”.
Por eso “acompañamos a nuestros hermanos que por distintos caminos buscan ser voz de los que no tienen voz para construir un diálogo capaz de trazar un camino de unidad y de paz.”
Su pronunciamiento en el marco de la tradicional bajada y transfiguración del Divino Salvador del Mundo, que además fue acompañada con una torrencial lluvia, a pesar de eso, los fieles católicos participaron de la actividad en el centro histórico de San Salvador, frente a Catedral Metropolitana.
El Cardenal finalizó sus palabras diciendo:” Esta noche, ante el Señor transfigurado, hagamos el propósito de seguir luchando por nuestra transfiguración, sobre todo en nuestra propia vida, en la familia y en nuestra sociedad. Sí, la familia, que es el mejor invento de Dios, el santuario de la vida y del amor. Por la familia pasa el futuro de la Iglesia y de la patria. ¡Qué esperanzador ver tantas familias aquí comunicando la fe a sus hijos e hijas! ¡Divino Salvador del Mundo, salva a la nación que lleva tu nombre¡”