Por Carmen Rodríguez, Washington DC
En medio de la agenda anti inmigrante que ha sido la bandera de campaña y de Gobierno, del presidente Donald Trump, el Super Bowl nos dejó el domingo un mensaje particular.
El fútbol americano, es el deporte rey en Estados Unidos. Buena parte del país se paralizó para ver desde sus casas, bares o espacios públicos el partido final entre los San Francisco 49ers y los Chief de Kansas City.
La expectativa no estaba enfocada hacia el ganador del Super Bowl. La expectativa como todos los años, era el espectáculo principal del medio tiempo, esa parte donde muchos artistas consagraron lo mejor de sus carreras.
Por primera vez, el Halftime Show tenía a dos figuras principales latinas, que expusieron la diversidad cultural del país en un show bilingüe, con ritmos latinos, que dejaron un mensaje de inclusión.
Las elecciones presidenciales se realizan este año y el voto latino puede ser decisivo para determinar sus resultados.
El Halftime Show, fue una muestra del alcance que han logrado los latinos en el país y de la diversidad cultural; pero más importante, fue una muestra del orgullo latino en medio del mensaje que Trump envía sobre los latinos indocumentados y la migración irregular.
Y por su puesto, el show fue una gran estrategia de marketing de la NFL, para captar la atención, no solo de las generaciones de ascendencia latina nacidas en Estados Unidos, sino también las de los inmigrantes latinos.
Más de dos millones de personas siguieron el show en Estados Unidos y otras miles lo siguieron desde otras partes del mundo.
JLO y Shakira, hicieron que los miles de latinos que contribuyeron y contribuyen a diario a esta nación, se sientan orgullos de sus raíces y de la forma de llevar la fiesta para dejar la marca latina.