Redacción Voz de la Diáspora
El presidente de Panamá, José Raúl Mulino afirmó el jueves que el llamado de la Cancillería a la embajadora de Nicaragua por la actividad política que se desarrolla en su sede diplomática, donde se encuentra asilado el expresidente Ricardo Martinelli, condenado a más de 10 años por un caso de lavado de dinero, es la «primera advertencia» que hace su gobierno frente al caso.

Mulino confirmó que fue él quien pidió a la Cancillería citar a la embajadora Consuelo Saldoval por la situación que se genera dentro de las instalaciones diplomáticas donde Martinalli, un asiduo usuario de las redes sociales, permanece desde principios de 2024.
«Yo le pedí al canciller que hiciera eso (llamar a la Embajadora), esa no es una decisión del canciller, lo pedí yo para poner un poco de orden ahí, que cumplan con los convenios internacionales de asilo, tan sencillo como eso», afirmó Mulino durante su conferencia semanal.

Mulino sostuvo que «es la primera advertencia que hacemos en ese sentido», tras pedir que «no transformemos ni esa, ni ninguna embajada en un centro político, ni de actividad política, partidista, ni a favor, ni en contra de nadie, y espero que la República de Nicaragua entienda eso», agregó.
Consultado si tomarían medidas más estrictas de continúa la situación, el presidente panameño explicó que «esperemos que pase y entonces actuamos» pero que «… esta era la primera decisión que se ha tomado. En el lenguaje diplomático cuando tu llamas a un embajador a la Cancillería es porque el tema es serio, si lo es, sobretodo que no se puede permitir, tan sencillo como eso».
El mandatario panameño contrastó que si bien espera que el gobierno nicaragüense tome control de la situación, reconoce que «estamos también ante un país que no tiene ni Dios, ni ley que es Nicaragua».
«(…) ay que entender también que no estamos trabajando con un país común y corriente respetuoso del derecho internacional, este no respeta, ni el internacional, ni el interno, ni ningún derecho en Nicaragua, así que un país bastante suigéneris en materia de apelar la suplicación del derecho, eso no existe ahí. No hay derecho en Nicaragua».

Previo a las declaraciones de Mulino, el canciller panameño, Javier Martínez-Acha confirmó durante una entrevista televisiva que habían llamado a la embajadora nicaraguense la semana pasada para pedirle que cumplan con los convenios en materia de asilo, y no convertir la embajada en un «foco» de reuniones políticas.
Martinelli, que se ha declarado inocente de los cargos por los que fue condenado, gobernó entre 2009 y 2014, se refugió en la embajada de Nicaragua en Panamá después recibir asilo del gobierno de Daniel Ortega, pero la administración del expresidente Laurentino Cortizo (2019-2024) no autorizó el salvoconducto para que saliera del país.
