Redacción Voz de la Diáspora
Inglaterra – Unos 800 invitados rendieron un último homenaje a la monarca británica en la capilla de San Jorge, en Windsor, que acogió un funeral de Estado con mandatarios de todo el mundo. La Familia Real británica le ha dado sepultura en un acto íntimo,
Reino Unido dio este lunes el último adiós a la reina Isabel II con un funeral de Estado que ha contado con 2.000 invitados y reunió a cientos de representantes de algunos de los principales polos de poder mundial. Los estrictos protocolos establecidos antes del fallecimiento de Isabel II, que murió el 8 de septiembre en el castillo de Balmoral (Escocia), ya establecían que el funeral debía celebrarse al décimo día, y así fue.
La capilla del castillo de Windsor ha albergado el último homenaje público a la reina Isabel II y finalmente ha sido enterrada en la presencia de la Familia Real británica en un íntimo acto. Más de 800 invitados han acudido a despedir a la difunta monarca en el mismo lugar donde se celebró el funeral por su marido, el príncipe Felipe, en abril de 2021. A primera hora de este lunes, Reino Unido ha ofrecido un último gran homenaje nacional, primero en la abadía de Westminster y luego en la capilla de San Jorge, en Windsor.
El féretro de Isabel II entró en el templo seguido de nuevo por los principales miembros de la familia real, entre ellos el rey Carlos III y su esposa, la reina consorte Camila. El deán de Windsor presidió una ceremonia puramente religiosa en la que también participó el arzobispo de Canterbury, Justin Welby.
Durante el acto, se retiraron los símbolos de la monarquía depositados sobre el féretro a excepción del estandarte real, la corona imperial, el orbe y el cetro, para ser depositados repartidos sobre el altar.
En su discurso inicial, ha subrayado la «larga vida de servicio altruista» de Isabel II, que cumplió este mismo año siete décadas en el trono. «Con admiración, recordemos su sentido de deber y la dedicación de por vida a su pueblo», ha destacado. Las lecturas han corrido a cargo de la primera ministra de Reino Unido, Liz Truss, y la secretaria general de la Commonwealtlh, Patricia Scotland, mientras que también han participado diversos representantes religiosos de todo Reino Unido, encabezados por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby.
En su sermón, Welby ha recordó el célebre discurso de la reina en su vigésimo primer cumpleaños, cuando prometió que dedicaría su vida a servir al país y a toda la Commonwealth. «Pocas veces se ha cumplido tan bien una promesa», ha apuntado. «Las personas que dan un servicio de amor son poco comunes en cualquier ámbito de la vida.
Los líderes que dan un servicio de amor son todavía más raros», ha resaltado el arzobispo, que ha puesto a Isabel II como símbolo político y también de fe. No en vano, la corona británica lleva asociada también la jefatura de la iglesia anglicana. «Todos los que hemos seguido el ejemplo, la inspiración y la fe en Dios de la reina podemos decirle: «Nos veremos de nuevo», ha remachado Welby.
Los restos de Isabel II ya descansan junto a los de su marido, el príncipe Felipe
El rey Carlos III ha depositado sobre el féretro el color de la compañía de la reina mientras que el lord chambelán ha roto su vara de mando y la ha depositado sobre el ataúd como símbolo del fin de la era isabelina. La ceremonia ha concluido con dos minutos de silencio extensibles a todo el país.
En pie, los 2.000 invitados mostraron sus respetos hacia una figura que vio pasar a 15 primeros ministros por Downing Street y que está considerada un símbolo de las monarquías a nivel global.
El himno, rebautizado como ‘Dios salve al Rey’, y la música tocada por el gaitero de la reina sirvió como colofón a un acto al que siguió un cortejo fúnebre, hasta el Arco de Wellington, desde donde salió el coche que trasladaba los restos de Isabel II hasta el castillo de Windsor. El entierro posterior en la capilla de San Jorge se ha realizado en privado, en presencia de la Familia Real británica.
Los restos de Isabel II reposan ya junto a los de su marido, el príncipe Felipe, que fue inhumado inicialmente en una sepultura provisional a la espera del fallecimiento de la reina. Así, la monarca es la undécima monarca enterrada en la capilla del Castillo de Windsor acompañando a los restos de Jorge VI, la Reina Madre o su hermana, Margarita.