Voz de la Diáspora
El Salvador – Los habitantes de la comunidad Plan del Rancho en Citalá, Chalatenango, hicieron historia. Ellos elaboraron 600 adobes con sus propios recursos y ya iniciaron la construcción de la primera escuela en la historia de su comunidad. Ellos llevaban 107 años en espera de poder contar con un centro educativo.
“Nos sentimos orgullosos de hacer con nuestras propias manos la escuelita para nuestros hijos”, dijo Lucy Hernández, quien solo pudo estudiar hasta quinto grado debido a que tenía que caminar más de 2 horas para asistir al centro escolar más cercano.
Por su parte, Walter Ramos, esposo de Lucy, indicó que él tuvo que ir a estudiar a Honduras para cursar hasta su sexto grado. Y precisamente, eso fue lo que lo impulsó a construir junto a sus vecinos una escuelita, aunque sea de adobes para los niños de este lugar.
“Me siento contento porque mi hija ya no va pasar lo que yo sufrí, porque ella va tener su escuela aquí cerca”, enfatizó Ramos.
“Mis hijos tenían que pasar por ríos para poder ir a estudiar, y uno se preocupaba tanto que no los mandaba por temor a que les pasará algo. La historia de mi nieta será diferente porque ya tendremos nuestra escuelita”, relató Carlos Hernández Carranza, padre de Lucy, al referirse a su nietecita Sayra Hernández de 7 años de edad.
Carlos se suma a la mayoría de lugareños que no pueden leer ni escribir porque no tuvieron acceso a la educación. Ante la falta de respuesta por parte del Ministerio de Educación (MINED) prefirieron actuar por cuenta propia para cambiar la historia de las nuevas generaciones.
Esta familia forma parte de Comunidades de Fe Organizadas en Acción (COFOA), en donde han aprendido a ser líderes en sus comunidades, y a que si se unen y trabajan organizados pueden mejorar sus condiciones de vida.