Redacción Voz de la Diáspora
En el “Día del Niño Africano”, Educo, una organización mundial de derechos de la infancia, reclama inversión e implementación de alternativas educativas en la zona afectada por el conflicto en Sahel al norte del continente africano.
Educo, una ONG global dedicada a la infancia activó la alarma por el cierre de más de 2,800 escuelas en Malí y Burkina Faso al empeorar la crisis en la región del Sahel, privando a por lo menos 580,000 niños de educación y obligando a miles de docentes a abandonar sus puestos de trabajo.
José María Faura, director general de Educo, advierte que la falta de oportunidades educativas dificulta aún más la recuperación de la crisis, lo que a su vez puede dar lugar a un aumento de la pobreza e inestabilidad social.
“Cada día, nuestro equipo en terreno ve cómo se priva a los niños y niñas de su derecho a la educación. Educo sabe por experiencia que los niños y niñas no escolarizados corren un mayor riesgo de ser víctimas de trata, abuso o explotación. Las niñas son particularmente vulnerables a los matrimonios precoces, trabajo doméstico, abuso sexual y otras formas de violencia de género”, explica Faura.
En Burkina Faso, donde Educo trabaja desde el 2004, el personal de la organización ha encontrado a Belem, de 15 años de edad y Bourba, de 12 años. Ambas se vieron obligadas a huir a la ciudad en busca de refugio y trabajo. Según Educo, el camión que llevaba a las dos niñas y a otros 56 niños fue interceptado por la policía en noviembre de 2018.
Bourba manifiesta que “vine a Ouahigouya para trabajar como niñera en una familia. No dejé los estudios, Se suponía que este año estaría en sexto, pero debido a la situación de seguridad en nuestra aldea, nuestra escuela quedó cerrada. No creo que las clases se retomen porque incluso los maestros se niegan a venir a clase a causa de los grupos armados que están en la aldea y escondidos en el monte”.
“Estábamos en Ouaga, la ciudad, durante las vacaciones. Cuando regresamos a nuestra aldea para retomar las clases, nos dimos cuenta de que desafortunadamente, las clases habían sido canceladas debido a la inseguridad en la región. Así que decidimos volver a Ouagadougou para encontrar un trabajo. En cuanto lleguemos nos emplearemos como trabajadoras domésticas”, explica Belem.
Educo advierte que si las escuelas permanecen cerradas durante un período más largo, la región de Sahel corre el riesgo de perder una generación de estudiantes.
José María Faura añade que “la mejor manera de mantener la seguridad de niños y niñas es confirmar que los actores estatales y la comunidad humanitaria prioricen la educación. Pero el derecho a la educación es a menudo pasado por alto, ya que no se considera como de “supervivencia”.
Con motivo del “Día del Niño Africano”, Educo apela a todos los actores implicados en la crisis para que cumplan las leyes y normas internacionales, que respeten los derechos de la infancia y maximicen su bienestar.
“Nos complace que tanto el gobierno de Malí como el de Burkina Faso hayan aprobado la Declaración de Escuelas Seguras, un primer paso clave y una declaración fundamental de voluntad política para proteger a las escuelas afectadas por esta crisis. Pero aún queda mucho por hacer”, manifiestan los representantes de la organización no gubernamental.