Durante el paseo en el río se puede observar el edificio 63
Foto: Rocío Rivas

Por Rocío Rivas

Seúl – La capital de Corea del Sur, es un lugar lleno de ambientes distintos que contrastan la modernidad de los centros comerciales y de los altos edificios de oficinas con la tradicional arquitectura de sus templos budistas, palacios y villas.

Pero además de encontrarnos con ambientes que nos  remontan a la dinastía Joseon, el último reino de este país; en Seúl, también podemos escaparnos del bullicio de la vida agitada y refugiarnos en la tranquilidad de la naturaleza.

Justamente bajo los anchos puentes que se dirigen al centro de Seúl se encuentra el río Han, uno de los lugares turísticos en donde las personas pueden admirar esta combinación de paisajes.

Si llegan al puerto, ubicado cerca de la estación del metro  Yeouinaru, pueden abordar los botes en forma de pato. Los hay para todas las personas, sin importar su edad o condición física.

Por ejemplo, si alguien tiene buena salud  y quiere hacer ejercicio, puede abordar un bote de pedales; pero si se asiste con niños pequeños, se tiene una condición que dificulta su movilidad o simplemente quiere descansar, puede optar por un bote de motor para disfrutar durante 30 minutos la tranquilidad de las aguas del río.

Este paseo  solo recorre una pequeña parte de los 494 kilómetros que tiene este río y  no está accesible durante el invierno, pues  sus aguas muchas veces se congelan y esto hace imposible que los barcos puedan navegar libremente.

Por ello, si esta en Seúl o piensa viajar a este país, le recomendamos que tome estos barcos a las cinco de la tarde, así podrá disfrutar de un buen clima de otoño y del espectáculo del ocaso sobre los grandes ventanales de los edificios y  de las aguas de uno de los ríos más famosos de Corea del Sur.