Calabaza gigante de más de mil libras gana Feria en Manitoba

Participaron 21 calabazas y la ganadora alcanzó un peso de 1360.5 libras, cultivada por Jason Terwin en la localidad de Carman al sur de Manitoba. Foto: Alejandra Salcedo.

 Redacción Voz de la Diáspora
 

El otoño es especial en Roland porque cada año alberga por un día a coloridas invitadas especiales para participar en la Feria del Ayote (Roland Pumpkin Fair) para competir por el título de la “Calabaza más Pesada”.

Roland es una pequeña localidad al oeste de Manitoba y se caracteriza por recibir a  cientos de personas el primer fin de semana de octubre para que sean testigos de las maravillas y coloridos de la naturaleza y animar a cualquier visitante a plantar sus semillas y aventurarse a conseguir un ayote de tamaño colosal.  

El peso de la calabaza ganadora del “Roland Pumpkin Fair” como es conocido en Manitoba el evento, alcanzó un peso exacto de 1360.5 libras. Foto: Alejandra Salcedo.

Este año fueron 21 calabazas participantes y la ganadora alcanzó un peso de 1360.5 libras, cultivada por Jason Terwin en la localidad de Carman al sur de Manitoba. Esta es la segunda vez que Terwin consigue ganar el primer lugar, aunque en este otoño su ayote participante pesó 17 libras menos que el año pasado. De todas maneras, Terwin no se arriesgó y fue por lo seguro, le apostó al mismo grupo de semillas que dio origen al gigantesco fruto en el 2021.  

La calabaza a la que se le asignó el segundo lugar pesaba 1345.5 libras, cultivada por Cornie Banman en la localidad de Wrinkler.
Las cucurbitáceas, como su nombre científico lo indica, llegan desde diversas localidades de la provincia e incluso de Estados Unidos para ser evaluadas ante el público, y al agricultor dueño de la calabaza ganadora se le reconoce con un trofeo y dinero en efectivo.

Foto: Alejandra Salcedo.

Una de las calabazas que llamó especial atención fue la de Donna Webb, una residente de Winnipeg, quien por primera vez participó en la feria y dijo que sembró en el jardín de su casa unas semillas que compró en una tienda de a dólar y aseguró que con cuidado extremo a la planta y regándole agua tres veces al día consiguió que su fruto pesara 320 libras.  

Los dueños de los ayotes gigantescos preparan los granos, los plantan desde la primavera y verano, y cuidan con gran esmero sus cultivos. Todos los participantes coincidieron en asegurar que la clave para obtener un colosal producto es regarlos múltiples veces al día con mucha agua.

Foto: Alejandra Salcedo.