Por Rosy Figueroa (Parte-1)
Italia – El monumento del Divino Salvador del Mundo ubicada en la que se conoció como plaza Las Américas, y que posteriormente obtuvo el mismo nombre del patrono, es un ícono que acompaña la identidad salvadoreña. Esa misma identidad que los salvadoreños que viven fuera del país desean mantener viva fervorosamente.
Con ese mismo sentimiento llevó a un grupo de migrantes en Milán, Italia en el año 2000, a dar inicio a la celebración de la fiesta titular de El Salvador.
Motivados por tener una nueva sede para continuar el trabajo evangelizador y por el fervor del Grupo Juvenil Monseñor Romero, que en ese año se había constituido.
Se inició con una carroza siendo el encargado Carlitos Gutiérrez, quien por muchos años fungió como tesorero del concejo pastoral, él con un equipo de voluntarios dieron vida a la famosa Bajada seguida por la lectura de la reseña histórica de la imagen del Salvador del Mundo.
Como parte del programa se realizaba la dramatización del evangelio del día, a cargo del grupo juvenil y luego se continuaba con la solemne misa animada por el coro que entonaba cantos populares salvadoreños y latinoamericanos.
Durante los primeros años de dicha celebración no se contaba con la imagen del Salvador del Mundo como la actual, era una pequeña de cerámica que una compatriota había llevado desde El Salvador y la donó a la comunidad.
Dado el entusiasmo y el compromiso adquirido por la comunidad para dicha celebración religiosa; la directiva y el grupo juvenil, de la época, deciden organizar varias actividades para recaudar fondos y comprar una imagen del Salvador del Mundo elaborada por un artista en El Salvador.
Mientras se avanzaba con la recaudación de fondos, realizaban rifas, excursiones, tardes alegres, venta de platillos típicos salvadoreños, entre otros, animados por el compromiso cristiano y espíritu comunitario, tomaron contacto con un amigo de La Comunidad, Padre Leocadio Morales, quién durante su estadía en Roma presidió varias veces la Santa Misa en el centro Schuster.
El sacerdote Leo contactó el artesano escultor Juan Francisco Jiménez Hernández, del taller esculturas el Tepeyac, en Concepción de Ataco, es así como en el año 2003, se concretiza el sueño de tener la propia imagen.
𝗧𝗿𝗮𝘀𝗽𝗼𝗿𝘁𝗲 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗶𝗺𝗮𝗴𝗲𝗻 𝗱𝗲𝘀𝗱𝗲 𝗘𝗹 𝗦𝗮𝗹𝘃𝗮𝗱𝗼𝗿
El escultor expresó a los miembros de la Comunidad que se trataba de una obra de arte y que no podía viajar como cualquier artículo en un equipaje común, además por el tamaño es así como piden ayuda al que en esa época era el cónsul general de El Salvador en Milán Ricardo Cisneros, dando su total disponibilidad para que la imagen viajará como equipaje diplomático.
Hubo atraso en el trasporte y el grupo estaba preocupado ya que la imagen que habían estado utilizando como Salvador del Mundo; se estaba deteriorando porque era de cerámica y muy frágil.
El camino no fue fácil a su llegada al aeropuerto internacional de Malpensa al norte de Italia, las autoridades de migración sospechaban que al interior de la imagen hecha de madre (cedro) podrían existir sustancias ilícitas, es así como el grupo vuelve a solicitar a las autoridades consulares su intervención para poder dejar el ingreso de la imagen en tierra italiana.
Con apenas tres días antes de la solemne presentación tuvieron que agilizar el resto de preparativos como vestuario nuevo para la imagen y hacer ajustes a la carroza existente ya que la nueva imagen era más grande.
La primer procesión inicio desde la casa de las religiosas en vía Feltre de la ciudad de Milán, hasta el Centro Schuster después gestionaron permisos con la policía para tener más acceso calle y les otorgaron el permiso para salir desde la parroquia que está ubicada en plaza Udine.
En su recorrido los feligreses entonaban cantos, vivas al Salvador del Mundo como por ejemplo » Cristo vive» y la asamblea respondía «hoy mañana y siempre», también «Con Cristo caminante”, » la comunidad salvadoreña en Milán va adelante».
Después surgió la inquietud de invitar a los demás grupos que se estaban organizando y se involucraron con el fútbol en coordinación con amigos como Antonio Enríquez y Tulio Calderón, entre otros colaboradores externos, también se inició con la elección de la reina de agosto.
Previo a la celebración se hacían retiros espirituales de preparación, confesiones con sacerdotes amigos salvadoreños con el objetivo que al organizar la liturgia de la misa todo tuviera un sentido, un compromiso, esto formaba parte de la calendarización del plan de actividades religiosas y sociales que se realizaba normalmente en septiembre con los diferentes grupos.
El excónsul Cisneros, en una entrevista exclusiva para la Voz de la Diáspora, en el año 2019 recuerda con gran entusiasmo el fervor de la comunidad y la alegría con la que fue recibida la imagen del Divino Salvador del Mundo. Es así como desde 2003, los salvadoreños en Milán poseen la imagen en la iglesia del Centro Schuster.
(El relato histórico continuará en más entregas)