La Catedral de Amberes y una de las obras más importantes de Rubens: El descendimiento de la cruz

Aunque es verdad que la colección más grande de obras de Rubens está en El Prado es cierto que no se puede conocer a fondo Rubens sin conocer su ciudad. Allí hay más de medio centenar de obras suyas.

Por Ramón Rivas

Bélgica – Esta semana he visitado Amberes en Bélgica, he disfrutado fijándome en cada detalle. Amberes es la ciudad de los diamantes, la ciudad de uno de los grandes puertos de Europa, la ciudad flamenca de la moda, pero también la ciudad de Rubens.

Rubens es para Amberes como Gaudí a Barcelona. El arte del gran maestro barroco sigue estando muy vivo casi cuatro siglos después de su muerte y continúa inspirando a los muchísimos artistas que sigue atrayendo Amberes en el siglo XXI.

Pedro Pablo Rubens nació en 1577 en Siegen, en la provincia alemana de Westfalia. Sus padres, amberinos calvinistas, se habían visto obligados a huir de Amberes debido a la persecución religiosa.

En Alemania, el padre de Pedro Pablo, Jan Rubens, que había sido un importante magistrado en Amberes, trabajó para Ana de Sajonia, esposa de Guillermo de Orange. Se convirtió en su amante y hasta tuvo una hija ilegítima con ella. Por este motivo fue encarcelado en 1571.

En 1589, dos años después de la muerte de Jan Rubens, su viuda volvió a Amberes con Pedro Pablo y su hermano. Para entonces, se había convertido al catolicismo, religión que compartiría Rubens, hecho fundamental para su carrera.

En Amberes, Rubens tuvo la mejor educación en la escuela del la­tinista Rombout Verdonk. Con catorce años empezó a trabajar como aprendiz en talleres de pintura. Uno de sus maestros fue Otto van Veen, el más importante de su carrera.

Aunque es verdad que la colección más grande de obras de Rubens está en El Prado es cierto que no se puede conocer a fondo Rubens sin conocer su ciudad. Allí hay más de medio centenar de obras suyas.

Además, visitándola se puede entender mejor la carrera del artista, su talento, su gran educación cultural y el éxito social y económico del que gozó. Pedro Pablo Rubens es el genio del barroco flamenco en su ciudad.

La catedral de Amberes –oficialmente Onze Lieve Vrouwekathedraal, catedral de Nuestra Señora– es una joya del gótico, de hecho, es la iglesia gótica más grande de todo el Benelux. El interior de esa joya, eso sí, es barroco. Y barrocas son muchas de las obras que acoge, convirtiendo a la joya en un joyero.

Entre éstas, hay obras del maestro más importante de Rubens, Otto van Veen, y cuatro del propio Rubens: El tríptico La resurrección de Cristo, La asunción de la Virgen –en el altar mayor– y los dos grandes trípticos La elevación de la Cruz y El descendimiento de la Cruz. Éste último es considerado una de las grandes obras maestras del pintor.

He disfrutado fijándome en cada detalle.

La figura blanca del cuerpo inerte de Cristo y de su sábana destacando sobre el rojo del manto de María y los colores oscuros, sin más, magistral.

Y es que mientras Rubens pintaba La asunción de la Virgen, su primera mujer falleció. Como homenaje a su amada, cambió el rostro de la mujer vestida de rojo que aparece en el cuadro por el de su difunta esposa y lo recalcó uno de los guías que explicaba.

Catedral de Amberes, Bélgica /Fotos Ramón Rivas.