Suecia celebra a Santa Lucía

El 13 de diciembre es un día muy especial en Suecia y en parte de la órbita escandinava, ya que se celebra a Santa Lucía, una tradición llena de magia y luz, en la que se recuerda a una santa mártir de Sicilia. Foto VD: Marlon Hernández.
Por Diego Recinos

El día más oscuro en medio del crudo invierno nórdico es iluminado por las velas y los cantos gregorianos en honor a Santa Lucía. Esta tradición adoptada por los países escandinavos a mediados del siglo XVIII de la era cristiana quería darle luz, esperanza, consuelo y unidad a un pueblo que sufría el duro embate de la nieve y el frío en una de las regiones más inhóspitas del mundo.

La iglesia estaba a oscuras, el silencio pregonaba en la amplia nave de la Iglesia de Santa Eugenia, donde los feligreses esperaban expectantes por la luz de las velas de Santa Lucía. Nadie se movía, no había más espacios. Hombres, mujeres, niños, niñas, adultos mayores y familias enteras venidas de los todos los rincones de Suecia aguardaban como un solo ser la entrada de la luz.

Y la luz llegó. Una joven vestida de blanco con una corona de velas encendidas era la primera en la solemne procesión. Ella era Lucía. Junto a Lucía marchaban otras jóvenes de hacían las veces de acompañantes. Lentamente, fueron entrando hasta las gradas del altar mayor. Mientras, en los laterales, varios jóvenes formados de tres en tres iban hacia el mismo rumbo. Estos jóvenes, llevaban velas en sus manos y sus cabezas estaban cubiertas por unas capuchas puntiagudas adornadas por figuras de estrellas y lunas doradas.

Al llegar todos al altar, el solemne órgano instrumental comenzó a emanar sus melodías y las voces de Lucía y sus jóvenes acompañantes inundaron la iglesia de cantos gregorianos magníficos que, a la luz de las velas, dejaron a los devotos impávidos y absortos en un ambiente de fe y esperanza.

Este ceremonioso rito de luz es parte de la celebración conocida como Lucía. Santa Lucía es considerada la patrona de las personas no videntes o con problemas con la vista. Son las iglesias católicas, ortodoxas y luteranas escandinavas las que celebran su fiesta el día 13 de diciembre, que según el calendario juliano (usado en Suecia hasta 1753) es precisamente, el día de Navidad y la noche más larga del año.

“Es una tradición muy antigua de la época católica, es decir desde el 1520 más o menos, y tres siglos después lo han descubierto una vez más”, dice Dominik Terstriep S.J., párroco de la Iglesia Santa Eugenia.

La celebración consiste en una procesión religiosa compuesta por una mujer que representa a Santa Lucía, y que va acompañada de varias mujeres llamadas “damas de honor”. Además de hombres llamados “chicos estrellas”. Estos  hacen un recorrido en los espacios de las iglesias, lugares de trabajo, escuelas y hospitales con sus cánticos en honor a Santa Lucía.

“Aquí en Suecia la fiesta es muy importante, porque hace mucha oscuridad. Es el tiempo más oscuro del año en diciembre, tenemos alrededor de 4 horas de luz. En ese tiempo es Santa Lucía quien reluce con luz muy llamativa en este país. Por eso este culto sigue siendo actual”, expresa el padre Dominik.

Otro aspecto que engalana el ritual es la vestimenta. Comencemos describiendo a Lucía. La mujer va con una corona con velas encendidas, cuidadosamente engarzadas a una diadema, vestida con una túnica larga y blanca que simboliza la pureza e inocencia. Además, lleva ceñida la cadera con un cinturón rojo, que representa la sangre del martirio. Las damas de honor que la acompañan llevan, también, una túnica blanca pero sin la corona con las velas. A la vez, llevan consigo una vela encendida en las manos. Los niños van vestidos de blanco, con gorros blancos adornados con estrellas doradas que le dan un toque de magia a esta ceremonia.  Las velas y la vestimenta están relacionadas al significado del nombre de Santa Lucía y con el solsticio de invierno.

“Yo creo que nosotros podemos formar una unidad alrededor de Santa Lucia, de Cristo. Nosotros en esta comunidad nos congregamos en la fe, en la paz común que nosotros tenemos. No importa si alguien viene de El Salvador, Eritrea, o no sé, Pakistán. No importa, lo importante es que la gente tiene una esperanza y que esta esperanza se manifiesta en Santa Lucía”, manifiesta el párroco Dominik.

Los cantos terminan en un eco, mientras Lucía, los niños estrella y sus acompañantes se van retirando en una procesión. Los feligreses aplauden y comienzan a salir del interior de la iglesia iluminada. Sonrisas, abrazos y palabras de ánimo se escuchan entre las familias. En un país con mayoría protestante y meramente individualista, esta celebración brinda algo diferente: Fe y esperanza.

“Este es un país protestante, luterano y tenemos una minoría católica, pero también los protestantes celebran a Santa Lucía. Es un caso excepcional.  No hay otro país protestantes donde esto suceda”, finaliza Dominik Terstriep.

Foto VD: Marlon Hernández.
Foto VD: Marlon Hernández.
Foto VD: Marlon Hernández.
Foto VD: Marlon Hernández.
Foto VD: Marlon Hernández.
Foto VD: Marlon Hernández.
Foto VD: Marlon Hernández.
Foto VD: Marlon Hernández.
Dominik Terstriep S.J., párroco de la Iglesia Santa Eugenia.